Para los ladrilleros esta temporada es complicada, ya que están prohibidas las quemas de sus hornos.
Algunas ladrilleras pararon completamente, pues del 15 de diciembre y hasta el 15 de enero no se permite prender los hornos para quemar ladrillo, con el fin de frenar la contaminación y no afectar la calidad del aire.
Los trabajadores aseguran que es difícil salir económicamente de la temporada, además de la cuesta de enero, cuando no hay venta.
“Mucha gente para de trabajar porque, pues de dónde más se agarran. Hay mucha gente que a diario vive al día”.